Estimados representantes.
Nos
llama a la preocupación algunas cosas que van acaeciendo y que
debemos hacer del dominio de todos a fin de tratar de corregir conductas y
recuperar nuestra calidad de vida directa o indirectamente.
Hurtos.
De todos es sabido la serie de hurtos que han ocurrido en el colegio últimamente.
Ahora bien, lo que sucede es un reflejo de la vida en el país.
Como
institución poco podemos hacer sino tomar precauciones y recomendarlas.
Al ladrón, y hoy hay muchos, hay que restarle oportunidades, es lo menos que
podemos hacer. En nuestro caso, a cierto miembro del personal le fue
prohibido el ingreso al edificio como medida precautelar y las dos últimas
desapariciones ocurrieron en el anfiteatro. Por otra parte, sugerimos a los
alumnos colocar un candadito de los que usan las maletas en su morral. Al
momento de ocurrir el segundo de los hurtos antemencionados, ningún alumno(a)
había colocado el candadito. Otra de las medidas, el llevar sus morrales a
todos lados, ha sido más acogida por el estudiantado, pero seguimos
considerando que el uso del candado es una medida que no sobra.
Luego del
último hurto me acerqué al CICPC y me informaron que por no ser víctima no
podía hacer denuncias. Por su parte, la representante que sufrió el penúltimo
hurto no pudo hacer la denuncia por carecer del número de serial del
equipo hurtado. Esto parece absurdo pero es lógico, el serial o la factura es
la única forma de demostrar la propiedad de un bien y demostrar el hurto al
estar la cosa hurtada en posesión de otra persona.
La
representante de la joven que sufrió el último hurto ofreció asistir al CICPC, pero aún
desconocemos si lo hizo.
Lo
lamentable es que en esos dos últimos hurtos había un sospechoso fácilmente
identificable, pero, al no hacerse nada o poder hacer nada, el hurto
queda impune.
Pasemos a
otro asunto.
Recientemente
un representante nos informó que una docente de bachillerato no le había dado
clase a su representada (3er año A) el lunes 18 y martes 19 de mayo “porque
se encontraba en huelga hasta que no le arreglaran sus pendientes
administrativos”. Este hecho fue constatado con la alumna en cuestión y con los
voceros del grado. Al interrogar a la docente expresó que fue “una gracia que
se le convirtió en morisqueta”. Traten Uds. de entender esto, al menos desde
nuestra ética profesional es un imposible. Obviamente, se levantó el acta de
amonestación ala docente. Ahora bien, de todo esto nos estamos enterando una
semana después de ocurrir los hechos. Algo tan irregular y nadie lo había
mencionado, y el representante que nos lo reclamó lo hizo como respuesta por
nuestra cobranza de mensualidades atrasadas, y no como una denuncia; cabria preguntar si este representante habria hecho el reclamo de no haber habido presion por parte nuestra de ponerse al dia.
Igual que
con los hurtos, seguimos dejando que nos quiten lo que es nuestro.
Y para
terminar, una perla; nos enteramos que la misma docente cobraba a los alumnos Bs30
por cada hoja de información complementaria que entregaba a los estudiantes. Y
ese material le era entregado a la docente por su Coordinadora. Es decir,
vendía el material que le entregaba el Instituto para repartición gratuita. Nadie denunció este hecho, nos enteramos por comentarios. Al momento de abordar
a los voceros de este grupo, y preguntarles por qué no hubo notificación alguna
al Personal Directivo de esta situación, a sabiendas de que ello no es un
procedimiento jamás empleado en el Instituto Andrés Bello, nos sorprendió
obtener por respuesta que esto no les pareció extraño ni malicioso, siendo esta
la razón de que no hubiera reclamo.
Finalmente,
se les informa que no tenemos docente de Castellano y Literatura y que estamos
a la búsqueda de uno(a).
Saludos
cordiales.