Estimados
representantes.
Ayer publicamos
una serie de situaciones ocurridas en Educación Media. Hubo una que no
incluimos por cuanto ameritaba más palabras de quien suscribe.
Dada la seriedad
de lo ocurrido, nos vemos en la necesidad de incluir imágenes que acompañen
esta misiva. Estamos claros que no será muy agradable, pero necesitamos
hacerlos conocedores de lo ocurrido.
Ayer, después del
primer recreo fue reportada la situación arriba mostrada.
En efecto, un
estudiante tomó uno de los controles del aire acondicionado, lo arrojó al
excusado y le orinó encima.
En primer lugar, el control del aire se dañó. El mismo
solamente funciona con el aparato acondicionador de aire de 3er año A. El
aparato de 3er año A tiene como particularidad que la tarjeta que lo controla
fue modificada por el técnico para funcionar únicamente con ese control para
alargar la vida útil del aparato, por cuanto no se encontraba repuesto, y esa
solución era mucho más económica que reemplazar la tarjeta por una nueva. En
consecuencia, este aparato no puede ser vuelto a encender, hay que instalarle una
nueva tarjeta con su respectivo control remoto.
Las clases en este curso proseguirán de manera
regular, en la misma aula. Los propietarios y directiva del Instituto Andrés
Bello no invertirán un solo Bolívar para reparar este daño, por cuanto no
representa un desperfecto, sino un acto vandálico en el cual nosotros fuimos
víctima. En tal sentido, los interesados tienen tres opciones:
- Las cosas se quedan como están...
- La reparación queda por cuenta de todos los representantes del curso o...
- El responsable aparece y se hace cargo de las consecuencias de su acción.
Como comentario final: esto representa acciones
vandálicas, y el vandalismo es un crimen, puro y simple. NO son muchachadas, NO
son travesuras, NO son debido a falta de control disciplinario por parte del personal docente. SÍ son producto de
valores erróneos.
Fue una acción realizada con mala intención, que
afecta al colectivo y tiene consecuencias económicas a terceros y no pueden ser
aceptadas ni por nosotros ni por los estudiantes del salón porque los
desvaloran.
Saludos cordiales.