Estimados representantes de 5to año.
Mediante la presente, abordamos con Uds. lo siguiente.
Durante el presente año escolar, hemos evidenciado como un número significativo y creciente de alumnos de la sección llegan tarde a sus horas de clase. El grado de retraso es muy variado, algunos llegando 15 minutos tarde, otros con 45 minutos de retraso. Cabe destacar que 5to año es el curso que presenta más retrasos a clases de toda Educación Media en el IAB.
Como reza el adagio popular, no afecta tanto el problema, sino lo seguido, dado que es constante. Ello altera las clases, pues la dinámica se interrumpe con el ingreso del alumno, la entrega del pase al docente, el saludar a los compañeros, sacar los útiles de clase, etc.; quedando al docente la dificil labor de lograr que el grupo de alumnos retome el hilo de la actividad en curso. Además, dicha situación ocurre con el alumno que llega 15 minutos tarde, y se repite con el que llega 25 minutos tarde y con el que llega 40 minutos tarde, todo dentro del mismo módulo de clases. A veces son 5 alumnos con retraso. Ello hace de la sesión algo tedioso y fragmentado.
Ahora, imagine la misma situación habiendo comenzado una actividad evaluativa. Sumado a lo anterior, se añade vulnerar el derecho de quienes llegaron temprano a presentar su actividad, y merecen hacerlo de manera concentrada.
El docente tambien merece poder ejercer su función de manera concentrada, para poder brindar lo mejor de sí.
El docente tambien merece poder ejercer su función de manera concentrada, para poder brindar lo mejor de sí.
Desde la semana pasada, se ha tomado con el curso la política de que no ingresarán al aula a primera hora si llegan tarde a una sesión de clases en la cual haya evaluación.
Antes del comentario de rigor "le estan vulnerando el derecho a la evaluación": a ningún estudiante a quien le ha sido aplicada la medida ha perdido evaluación alguna, pues la presentan en otra sesión de clases, salvaguardando ese derecho. Por el contrario, con esta medida apuntalamos el derecho educativo del representado con retraso a recibir formación en los valores puntualidad y responsabilidad ante las consecuencias. Dudamos que alguien esté en desacuerdo con la sabiduría de fomentar estos valores.
No enseña el valor puntualidad el representante quien no garantiza que su representado llegue consistentemente a tiempo a su jornada de clase. No enseña el valor responsabilidad el representante quien no se presenta al Plantel sabiendo que su representado llega a clases consistentemente con retraso.
Comprendemos que para algunos estudiantes del curso el retraso es eventual; pero para la mayoría de quienes incurren en retraso ya es un hábito arraigado que requiere trabajo en el hogar; lamentablemente, esta medida arropa a ambos, pero hacerlo de otra manera implica caer en discriminación.